Antonia Jiménez en Ayacucho: «Me he enamorado de esta tierra y de su música»

Edición por Braigan Vega
Fotografía por Diego Ozaita

Nació en el Puerto de Santa María el año 1972. Actualmente es una guitarrista y compositora de flamenco y es considerada una de las pocas mujeres españolas destacadas en este arte en la actualidad.

El pasado 30 de noviembre, la española Antonia Jiménez ofreció un recital en el cine teatro municipal de Huamanga acompañada de los ayacuchanos Chano Díaz Límaco y Walter Mendieta. Este evento se realizó como parte de la producción del documental «Temple Mestizo» en el que se explorará el trayecto de la guitarra andaluza hasta Ayacucho y su relación con la música andina.

Posterior a este concierto, el equipo de Huamangazo conversó con la guitarrista flamenca para conocer su sentimiento sobre la guitarra ayacuchana y las experiencias musicales en su paso por nuestra musical y cultural tierra.

¿Qué crítica o comentario tienes respecto al rol de género en el flamenco y en demás formas musicales?

El flamenco es una música muy tradicional; y, lo que he observado, ya no solo en el flamenco, sino que en todas las músicas del mundo en general, es que al parecer los instrumentistas suelen ser varones y las mujeres se han dedicado más a cantar y a bailar. Entonces, es sorprendente porque cuando yo era pequeña ya estaba enamorada de la guitarra e imagino que muchísimas mujeres más. Para mí ha sido un trabajo duro porque aparte de la dificultad que entraña el instrumento, que es muy difícil, pues se añade otras dificultades más, como romper estereotipos de género.

Y bueno, al fin y al cabo, si una persona es realmente tenaz, se consigue. Pero sí que es verdad que ha sido duro. Ahora yo con 30 años de carrera ya me puedo considerar una mujer respetada dentro de la profesión. Pero al principio fue muy difícil ganar el respeto de los hombres; que, en este caso, han sido siempre mis compañeros. Porque cuando empecé a tocar, casi siempre he sido yo la única mujer.

Sabemos que una de la más representativa guitarrista mujer del flamenco en la actualidad. ¿Qué desafíos personales o no musicales has enfrentado? ¿Te consideras una pionera?

Bueno, se podría decir que sí. Ha habido mujeres antes que yo, por supuesto. Pero, yo he hecho una carrera larga. De hecho, siento que estoy empezando aún, porque esto no se acaba nunca. Y la verdad, estoy muy satisfecha del trabajo que he hecho y también muy agradecida de poder vivir de lo que me gusta.

“Estoy encantada de estar en Ayacucho, me he enamorado de esta tierra y de su música. También estoy muy emocionada de estar aquí; me siento muy privilegiada”

Antonia Jiménez

¿Cuáles fueron tus anhelos cuando empezaste muy joven a tocar la guitarra flamenca? ¿Muchos de ellos se han cumplido?

La verdad es que no imaginaba esto antes: yo solo pensaba en tocar, disfrutar de la música y del instrumento. No he tenido ningún objetivo real… simplemente me enamoré de la guitarra y he seguido estudiando, estudiando y estudiando. Ese ha sido mi objetivo. Y ya después el camino se ha hecho, digamos… solo.

Al principio empecé acompañando al baile y sigo haciéndolo porque es un trabajo que me encanta. Después del baile he empezado a acompañar al cante también; y pues bueno, el camino de la profesión me lleva a ser solista y compositora. Ese es el camino que todo guitarrista flamenco, el camino natural, ¿no? Realmente no buscaba nada, simplemente tocar y tocar.

Pero, hay que dedicarse mucho. Aunque, realmente a mí no me cuesta el sacrificio, ¿sabes?, porque estoy tan enamorada del instrumento, que para mí es un placer sacrificarme, estudiar tanto tiempo y luchar con lo que haga falta. Para mí la satisfacción es poder tocar.

¿A qué lugares te ha llevado la guitarra flamenca mentalmente?

Hay temas que he compuesto pensando en mi niñez, en mi infancia, en mi tierra. El mar, los pinos, los caballos, los vinos, todo te impregna. Para mí, también es muy importante venir aquí para impregnarme de esta cultura tan bella y de esta música que también me voy a enriquecer. De alguna manera, también podré expresarla a través de mi música.

¿Cuál es la técnica de flamenco más difícil que te ha costado aprender y cuál consideras más fácil?

Pues, lo difícil es comprender con profundidad la música del flamenco. Al principio, cuando yo empecé a tocar, me gustaban mucho los ritmos festeros. Y lo que más me costó es tocar los palos libres, que quiere decir “sin ritmo”. Estos, realmente son los más profundos y tienes que tener muchísimo conocimiento para entender, comprender y expresar. Eso fue lo que más me ha costado.

Las personas que nos dedicamos a la guitarra flamenca, o sea, el mundo del flamenco en general, te exige que tengas mucha personalidad y que cuentes algo. Independientemente de tus capacidades, hay personas más virtuosas que otras. Pero, expresar tu música, eso es muy importante en el flamenco. ¿Quién eres tú y qué tienes que decir? La composición es algo fundamental en este género.

No importa cuán sencilla sea tu música o, por el contrario, que sea muy sofisticada; pero marcar tu carácter, tu personalidad, es de las cosas más bellas que me parecen en el flamenco.

¿Cómo has sentido al público tras presentar el flamenco en contextos culturales diferentes? ¿Qué mensaje crees que el flamenco puede transmitir a una audiencia internacional?

Increíblemente. Ha sido muy cálida. El flamenco gusta en el mundo entero. De hecho, hace unos años ya lo nombraron Patrimonio de la Humanidad. O sea, que en Australia hay flamenco, en Japón, donde yo he vivido un año, hay flamenco. Hay flamenco por todas partes.

Los artistas de la generación anterior que ya viajaron por todo el mundo, como: Sabicas, Paco de Lucía y Carmen Amaya, ya se encargaron de difundir este arte. Y es muy bien acogido y muy aceptado. Muchas veces mejor que en España.

El mensaje que transmite es el carácter. O sea, yo creo que transmite mucha fuerza y emoción. Esa es la finalidad para que el flamenco sea auténtico realmente y nada superficial. Para mí el flamenco está fuera de todo maquillaje: es un arte crudo. Y lo que transmite es emoción.

Yo creo que por eso en todo el mundo es muy bien aceptado. Porque, aunque no entiendan las letras, aunque no entiendan los ritmos, aunque no entiendan nada, esa emoción llega. Y el flamenco tiene esa capacidad, como todas las músicas bellas de la tierra.

Como pasa a la guitarra ayacuchana, por ejemplo. Es aceptada y admirada en el mundo entero. Y eso es porque son músicas étnicas que salen de la tierra realmente y que forman parte de la cultura de un pueblo.

Entendemos que tu visita a Ayacucho no es una casualidad. ¿Qué conocimiento previo tenías sobre la guitarra española en el Perú y en el caso particular en Ayacucho?

Yo conocía al maestro Raúl García Zárate. Ahora he tenido la oportunidad de conocer al maestro Chano Díaz Límaco y a Walter Mendieta, que para mí ya serán hermanos de por vida porque me están enseñando mucho, además de ponerme en contacto directo con vuestra música.

A mí me está llenando el corazón y el espíritu. Y eso, realmente para mí es el gran poder que tiene la música: es un lenguaje universal que te permite compartir emociones.

Días atrás has tenido un compartir musical con cantantes e intérpretes de guitarra andina. ¿Cuál es tu apreciación musical de esta experiencia?

¡Bellísimo! Para mí ha sido emocionante, muy emocionante. De hecho, muchas veces me he tenido que contener la emoción, porque vivirlo con los músicos de aquí, sentirlo, vibrar y resonar con esta música ha sido y sigue siendo muy emocionante.

La guitarra ayacuchana la estoy aprendiendo. No me atrevo todavía; pero sí, el maestro Chano Díaz me está enseñando y yo creo que va a salir algo interesante entre los dos. De hecho, estamos pensando en hacer proyectos.

¿Qué otras formas musicales populares del mundo crees que podrían amalgamarse con el flamenco?

Sí, absolutamente. De hecho, el flamenco es una música prácticamente joven, tiene como 150 años. Entonces, a mí me parece el flamenco una música curiosa, que le gusta hablar otros idiomas, que le gusta fusionarse. De hecho, ya el gran maestro Paco de Lucía lo hizo, ha fusionado con jazz, ha fusionado con música cubana… Es un camino que ya los maestros hicieron. Y sí, el flamenco tiene mucho que aprender, tiene mucho que viajar.

¿Qué otras artistas de flamenco mujeres nos recomiendas y por qué?

Hay unas guitarristas increíbles. A mí me gustan mucho Laura González y Alba Espert. Ellas dos, me parecen a mí, que son ahora mismo de lo “mejorcito” que hay. Yo creo que ahora hay muy buena cantera de mujeres jóvenes que están empezando a estudiar (la guitarra flamenca), como es lógico… y yo creo que dentro de unos años va a haber un nivel increíble de mujeres guitarristas.

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