La magia de Bogotá llega a Lima: LosPetitFellas y su Gira Al Sur

Nicolai Fella, vocalista de LosPetitFellas, nos cuenta sobre la evolución de su música y su próximo concierto este 25 de septiembre en Lima.

Desde la ciudad de Bogotá, Nicolai Fella, el corazón lírico y la voz potente detrás de Lospetitfellas, se conectó con Huamangazo. Compartió detalles de sus experiencias e historias detrás de su vida en México, y cómo la ciudad, las relaciones con sus compañeros y las experiencias humanas, han moldeado su música.

Con una trayectoria de más de una década, LosPetitFellas es el resultado de un encuentro de artistas apasionados por la música y la poesía. Surgidos en las calles de Bogotá, amigos que encontraron en la música una forma de expresar lo que muchos no se atreven a decir, construyendo una hermandad que se refleja en cada acorde y cada verso. Su proceso creativo es una danza entre géneros; en su música conviven el rock, el hip hop, el jazz y el funk, entrelazados con letras que hablan de amor, del caos urbano y de la búsqueda personal.

Desde su primer álbum, Historias Mínimas (2014), hasta Formas Para Perderse o I.D.E.A.S. (2017), han demostrado que su música no es solo para escuchar, sino para sentir. Canciones como «Los Verbos» y «Santos Inocentes» son más que simples melodías: son relatos de vida, amor, instantes inmortalizados en palabras y sonidos que se sienten en el corazón de quienes los escuchan. En cada canción, LosPetitFellas nos invita a perdernos en su universo, en su historia, que es, al final, también la nuestra.

¿Qué tal, Nico? ¿Dónde se encuentran ahora?

Bien, andamos en Bogotá, volviendo a coger energía, de la familia y amor…

¿Dónde se encontraban antes?

Ahora andamos viviendo en la Ciudad de México. Hace un año que estamos en un apartamento que se volvió nuestro estudio.

¿Qué tal todo por allá? ¿Cómo les va?

La verdad es que está siendo hermoso, es una historia hermosa. Las canciones siguen saliendo, entonces es como si hubiera un norte que existe, aunque no sé muy bien cuál es.

¿Y cómo es su relación allá, ustedes viviendo juntos?

Ha sido muy sencillo, muy respetuoso. Creo que hay altas vibraciones en las energías, seguimos aprendiendo de nuestros amigos, entendiéndolos más y conociéndolos con mayor profundidad. Eso, de alguna manera, está afectando la música.

Siento que positivamente, porque ya son más de diez años andando juntos. Ya casi no es una banda, es una familia. Se han transitado diez años de muchas historias, y esas historias lo juntan a uno con su gente. Hay mucha tolerancia y respeto, en ese orden. Y está la oportunidad de estar todo el tiempo haciendo canciones, lo cual es una bendición. Entonces uno trata de responder a esa bendición trabajando.

¿Y cómo es la vida en México? Es una ciudad bastante grande, muy convulsionada. De repente muchísimo más que Colombia. ¿Qué tal la experiencia?

Uno necesita aterrizar, entender el lugar y la necesidad de entenderse un poquito más en la ciudad. También está la realidad que habitamos ahora mismo, que tiene mucho que ver con ser migrante. Es como volver a empezar con la banda en una ciudad donde, si bien hay un combo hermoso con nosotros, estamos dispuestos a hacer crecer. Ha sido lindo.

Me alegra, toda una experiencia viviendo por allá. Debe ser algo muy complicado vivir en una ciudad tan grande y peligrosa como es México.

Sabes, la comodidad que uno tiene es solo una percepción. Para mí, esta es una ciudad muy surrealista; pasan cosas increíbles, mágicas.

Uno habita los lugares y claro que se siente el caos de la ciudad, pero es un caos que todos conocemos. Cada ciudad tiene su propia dinámica, aunque se parezcan en algunas cosas. Bogotá también es una ciudad caótica y rápida, y sí encuentro similitudes. Aunque hablemos español, usamos palabras diferentes, pero tratamos de integrarnos.

Viviendo realmente, yendo al mercadito, conociendo gente y lugares. Tenemos una buena relación con la comida, lo cual creo que es esencial. Allá estamos todos, con un sueño que es como un motor que nos lleva hacia algún lugar. Uno no sabe bien qué, pero lo sigue haciendo.

Tienen una personalidad hermosa que provoca un impacto agradable en sus seguidores. Se siente su buena vibra.

Creo que quien escribe les habla a sus compañeros de batalla. Es lo que uno se va a decir toda la vida, lo que les dirás a tus hermanos: «Por favor, párate y volvamos a intentarlo». Sacar una canción es como lanzarle una roca al sol, y sí, así es. Pero bueno, parémonos a lanzar unas rocas y a encontrarle un sentido a quiénes somos.

¿Qué tanto has cambiado, crees tú, desde que lanzaron su primer disco, Historias Mínimas? ¿Cómo han cambiado los chicos de la banda?

Creo que el cambio ha sido radical. Todo ha cambiado mucho. Hay algunas cosas que siguen siendo puras y verdaderas, pero el resto cambió completamente. Era necesario cambiar, intentar hacerlo mejor. Trabajamos en eso y creo que cambiar nos ha traído al lugar donde estamos, y estamos orgullosos de estar aquí. Claramente, hay cosas que se conservan, cosas que son sagradas y que siempre estarán ahí.

Es bueno mutar, cambiar, trascender, ¿no?

Sí, por ejemplo, hablas de mutar y yo pienso en el silencio que tomamos después de sacar veintiún canciones y un filarmónico. Nos dimos un tiempo para hacer nuevas canciones, para ver cómo queríamos sonar. Qué es lo que nos mueve para vivir de hacer canciones. Mucho ha cambiado y creo que ahora me gustan más muchas cosas.

¿Qué cosas te gustan más ahora?

La capacidad de entender al otro. Creo que ahora soy más empático. Estoy construyendo un sueño muy profundo junto a cuatro hermanos que también están construyendo sus sueños, y tengo que entender qué queremos todos. Antes solo andábamos, pero ahora somos más conscientes. Cuán importante es ser consciente del otro, porque eso te ayuda a entender mejor sus emociones o cómo se siente. Eso me gusta, claro.

También soy consciente de que mi voz ha cambiado, y ahora la amo mucho. Ya no existe esa inocencia. El corazón se enlodó, se partió. Hicimos demasiadas preguntas, tuvimos muchos obstáculos, y esa inocencia tuvo que mutar a otro lugar. He decidido sacarle callo. Si hay que escribir sobre la cicatriz, pintarla. Sacarle belleza.

¿Escuchas música peruana? ¿Algún artista que te guste?

Conozco a Kanaku y El Tigre, pero después de ellos no supe mucho más. Luego está Gonzalo Genek, nos conocimos y se me hace un buen tipo, muy talentoso. También están Los Outsiders, que los vimos en la Ciudad de México.

¿Qué artistas colombianos recomendarías?

De rock and roll, me gustan los siempre bien ponderados Lika Nova. Los Lika me parecen muy bacanos, al igual que Nicolás y Los Fumadores. Y lo que pasa con Margarita Siempre Viva también me parece muy chévere. No hay emoción superior a la de encontrar una canción que te llene el corazón.

¿Y del rap?

Me encanta recomendar a los buenos muchachos de Rap Bang Club. Ahí está Karin B, que es un gran amigo y muy talentoso. También está Frankie Fresco, que es maravilloso, literalmente muy fresco. Y podría mencionar a Ruzto, uno de los rappers insignia de la ciudad. Es como el vino, cada vez mejor.

¿Qué expectativas tienen para el concierto del 25 en Lima?

Espero que llegue la noche, y que quienes asistan puedan llevarse un recuerdo bonito. Ojalá descubran una banda nueva o una canción que les diga: «Necesitaba escuchar esto», y ahí por fin los encuentre.