LA REVOLUCIÓN DE COMANDANTE CASTRO ES DE AMOR Y EMPATÍA

Huamangazo conversó con Iván Castro, el creador del proyecto musical «Comandante Castro» quien nos dio una pequeña reseña de su reciente álbum Mucho y poco (2022) y nos demuestra que la música puede ser real, sincera y sin muchas pretensiones ni límites.

Iván Castro es cantautor y músico proveniente de una de las ciudades más calurosas del norte del Perú: Piura.  Sus inicios “erráticos” como él los llama comienzan aquí. Por azahares de la vida y el destino llega a la ciudad de Lima, viviendo en la convulsionada capital hace ya más de trece años.

Desde su consolidación como solista el 2021 con su EP «Palta», Comandante Castro nos ha regalado increíble música que pretende no ser encasillada, sino lograr no tener límites en la musicalidad. La fusión es la base de su creación, mostrándonos su nada peculiar forma de crear música fusionando: cumbia, cumbia brichera, hip-hop, chicha y indie rock, con ellos expresando libertad musical y personal en todas sus creaciones. Una de las características más notorias en la lírica de sus letras es el mensaje deslenguado y abiertamente posicionado en términos sociopolíticos.

Hola, Iván… ¿cómo estás?

Todo bien en lo que cabe de la coyuntura política. Son tiempos muy feos. Si te soy honesto, confieso que dentro de la crisis mover mi música y promocionarla me da un poco de culpa. Trato de que los problemas tampoco se coman la vida.

¿Cómo comienza tu historia dentro de la música?

Soy de Piura y trabajo como comunicador, pero desde que tengo uso de razón he estado siempre metido en la música, sobre todo en componer y en crear. Eso es lo que me ha movido. Vivo en Lima hace como trece años y acá es donde consolidé las cosas que hacía en Piura más erráticamente. Empecé a grabar y surgió este proyecto llamado Radio Postales que, primero era un proyecto solista, y luego se volvió una banda con un grupo de amigos muy queridos. Con ellos sacamos cuatro discos, o creo que tres. Viajamos por todo el Perú, aunque no llegamos a Ayacucho. Me gustaría conocerlo musicalmente. Me encanta el huayno ayacuchano.

Justo en el 2020, antes de que empiece la pandemia, quería sacar música por mi cuenta porque a mí me gusta componer, pero como que el formato de banda me quedaba a veces un poco corto y dije «bueno… voy a empezar a sacar canciones». Y ahí es que salió Comandante Castro.

¿Por qué tu proyecto musical se llama Comandante Castro? ¿Qué historia hay detrás?

Quería tener un seudónimo, pero que tampoco esté tan alejado de mí. Me apellido Castro y «Comandante Castro» puede ser simpático por muchas razones. Le puse el nombre por este guiño que hay a Cuba, a la música cubana; no a cuba como gobierno. La trova me encanta y también me gusta el Sargento Pimienta de The Beatles. Y existe esta contradicción que, como verás, soy un pelucón que nada tiene que ver con la rigidez que uno espera del mundo militar. La contradicción me gustaba.

Así en el 2020 empezó este proyecto con un disco acústico llamado «Siete canciones de la realidad peruana», el cual es un disco que, si lo escuchas atentamente, la primera canción tiene un poco de huayno.  Ese año estaba estudiando guitarra en la academia de Manuelcha Prado y a partir de allí comenzó Comandante Castro como un proyecto solista. La esencia del mismo es la contradicción; es un proyecto libre musicalmente y sin límites. Me importa que la música que vaya surgiendo delimite por sí sola el estilo musical. No es un proyecto pensado para que sea pop o para que sea rock o cumbia. Mi interpretación muy personal es de la música que me gusta y de historias que yo cuento.

La alusión que existe en el nombre del proyecto a Cuba nos muestra una perspectiva musical sin antes escucharla. ¿Alguna vez tuviste algún tipo de roce ideológico por esta razón?

Comandante Castrono es música de política porque ¡yo no tomo partido por nadie!; así de claro. Si alguna postura tiene Comandante Castroes la de buscar la conciliación y el amor. Suena hippie, pero en estas épocas creo que cada vez es más necesario revalorizar la importancia que tiene la empatía el tratar de entender al otro y no estigmatizarlo a nivel ideológico. La revolución de Comandante Castroes de amor y empatía.

¿Cómo es la escena musical en Piura?

Mucho mejor ahora que cuando yo estaba allá; te hablo de mi adolescencia hace bastantes años. Como pasa en muchos lugares en provincia no se puede conseguir guitarra o lo necesario, y para su tiempo era una situación bastante precaria. Al día de hoy está mucho mejor; la tecnología ha permitido que no necesites demasiado presupuesto para poder expresarte. Puedes armar un proyecto desde tu casa con una laptop, un tecladito y subirlo a internet. Esa es una evolución de la movida musical en Piura y en todo el Perú.

Eso a la vez hace que haya demasiada música y es difícil prestarles atención a todos, pero por lo menos la democratización del arte es algo que se ha podido lograr en estas épocas. La música es mucho más amplia y afortunadamente ahora se mueve en lugares alternos que no son solo la radio. Lo que hace falta son políticas de Estado y acciones privadas que hagan que el arte se masifique. Hay un movimiento joven por sacar las cosas adelante.

¿Sientes que existe demasiada competencia actualmente en la industria musical?

Para serte sincero no me he puesto a pensar demasiado sobre eso porque Comandante Castro es un proyecto muy casero. Con Radiopostales he tenido esa vida de tocar en público y viajar; luego me di cuenta que lo que a mi más me gusta es crear. Comandante Castro es un proyecto que no ha tenido ningún concierto. A mí me gusta hacer arte, entonces no te podría decir cómo es la competencia o la movida entre artistas últimamente porque no he compartido mucho con ellos. Sé que cada vez hay más exponentes y que cada vez son mejores. Que haya competencia creo que es excelente, siempre que sea una competencia en pro de hacer buena música. Lo que si te podría decir es que ahora en el 2023 hay calidad musical en el Perú por todos lados y seria lindo que haya acciones del Estado para poner en vitrina a muchos artistas de nuestro país.

¿Qué acciones esperas del Estado para el arte?

Yo trabajo en otra cosa como muchos músicos. Es un trabajo que sostiene esta realidad en la que existimos. Como este es un proyecto de creación y no de ejecución en vivo tampoco es que invierta mucho dinero. Es duro… lo hermoso seria poder vivir de lo que amas y mucha gente no lo puede hacer porque necesitas otro ingreso. La autogestión te da independencia; yo no le debo nada a nadie puedo hacer la música con la frecuencia que me dé la gana. Si quieres dedicarte y vivir de la música es difícil en nuestro contexto.

Hace poco lanzaste un nuevo álbum llamado «Mucho y poco» en el que exploras fusiones y sonidos de todo el Perú. ¿Cómo fue crear este proyecto?

Precisamente creo que hay ‘mucho’ porque exploro varios géneros que he intentado tocar en mis limitaciones. Y hay ‘poco’ en el sentido de que hay poca pretensión. Yo busco que mis canciones lleguen a la gente y que ojalá les guste y les deje algo lindo.

‘Mucho y poco’ es un álbum que hice con la intención de que lo escuchen y que encuentren algo que les haga sentir feliz.

Seguimos adelante’ es uno de los singles que representa el álbum. ¿Crees que en nuestro contexto político actual el tema cobra más sentido?

«Seguimos adelante» no fue una canción pensada para esta coyuntura. Me da palta sacar la canción porque no quiero que se sienta como el “arribista que justo saca su canción ahora”. Es una canción que escribí hace tiempo porque lamentablemente el problema del que yo hablo en esta canción existe desde siempre. No es coyuntural: es un problema que arrastran personas que están en el poder. Le restan importancia al pueblo; no son tan valiosos para ellos por pensar diferente o por estar geográficamente en otro lado.

«Seguimos adelante» es una canción que se pone en la piel de estas personas renegadas con un mensaje de ‘no importa cuánto nos releguen porque seguiremos adelante’. Los peruanos no nos quedamos quietos ante la crítica; la gente de provincia, la gente pobre y marginada no está pidiendo compasión, no está pidiendo limosna y nos dice “soy visible, estoy presente y voy a seguir adelante así me ignores, así trates de marginarme”. Es una canción, más que de protesta, de esperanza… porque yo creo que las personas marginadas en este país son las que siguen a pesar de todo.

Cumbia y traición se quedó en mi mente tras escucharla. Cuéntame la historia de esa canción.

Cumbia y traición de hecho es una de las canciones que más me gustan del álbum por que tiene varias cosas de las que me siento muy contento con el resultado. Tiene esta base de cumbia brichera y también un poquito de chicha. Es una canción como de pareja, de alguien reclamándole algo a su ex –ja, ja, ja─. Pero también puede servir para otros contextos. Puedes sentirte traicionado por un amigo, puedes sentirte traicionado por el Estado, puedes sentirte traicionado por un montón de cosas. Intente que Cumbia y traición sea una canción de desahogo porque es lo que te dice básicamente la canción, casi como «me lastimaste, pero ya…» y que cada quien pueda sacar su propia interpretación, crear tu propia versión de lo que estás escuchando.

¿Cómo crees que ha sido el recibimiento de Mucho y poco?

Creo que les ha gustado. Este no es un proyecto masivo o para millones de personas. Quiero que me escuche más gente; ojalá que con este disco se logre. Creo que si escuchas el disco, y un poco me ves, te das cuenta que el disco es música sincera que trata de ser consecuente.

¿Cuál es tu proceso creativo para las líricas de tus temas?

La inspiración en mi caso es como una chispita que me dice ‘aquí puedes hacer algo’; hay veces que me ha inspirado otra canción o lo que vi en la televisión, a veces lo que leí en algún libro. Normalmente no hay una sola forma de inspirarme. La vida diaria es mi mayor inspiración. Casi todas las canciones son como un diario de las cosas que veo con mis amigos, con mi pareja o lo que veo en las noticias. Un poco de lo que vivo y sobrevivo en estas épocas tan convulsionadas.

¿Qué proyectos nuevos tienes en mente para este año?

La verdad no lo sé; eso es lo bueno de un proyecto tan solista en todo el sentido de la palabra: porque no tengo que ponerle calendario a lo que hago. Me gustaría seguir grabando música, no sé si tocar en vivo. Pero es continuar creando y aprender a crear, trato de que con cada disco haya una mejora en mi manera de componer, en mi manera de ejecutar los instrumentos, en la manera de producirme. Mi plan más sólido este año es eso: seguir mejorando y no sé a lo que me lleve.

¿Cuál es tu posición como artista ante la convulsión política y social?

Mi posición como artista seria invocar a las personas a que se sienten a dialogar. Noto que lamentablemente no hay ninguna autoridad política que tenga la suficiente madurez e inteligencia para decir ‘dejemos de pelear y hablemos’. Busquemos la salida, que al menos se corten las muertes, los abusos y esta situación tan violenta. Busquemos paz, una paz real que sirva para escuchar las necesidades de las personas que están protestando.  A tener una agenda que nos ayude a buscar un horizonte en nuestro país, porque no está bien que muera gente en protestas, no esta bien que se pase por agua tibia distintos actos contra los Derechos Humanos.

Esa es mi postura y ese es mi deseo: que volvamos a estar de acuerdo en las cosas mínimas que nos permitan vivir a todos sin excepción en un Estado de derecho con empatía y equidad.