Nicolás Duarte: “Las fórmulas, los formatos y las zonas de confort son peligrosas para la creación”
Cantante, músico y compositor. Nicolás Duarte nos habla de su comienzo en la música y de su carrera como solista.
Por Nina Vargas
Con veinte años de trayectoria musical, Nicolás Duarte Soldevilla nos presenta su más reciente disco como solista: “Películas infames de directores famosos”. Este disco es trabajado por seis productores distintos en el que cada uno compone y rediseña una canción. El proceso de producción musical los llevó a explorar nuevos sonidos y sensaciones. Después, estas mismas canciones fueron producidas por Nicolás en un formato más personal y minimalista.
Comenzó en la música a los veinte años en la banda Cuchillazo y a los veinticinco en La Mente diferenciándose en la escena con un estilo musical poderoso. Si hay algo que considera esencial en su vida es hacer música.
Estamos a algunos minutos para que empiece la reunión. Hoy es viernes 19 de noviembre. Son las 8 p. m. y frente a mí, detrás de una pantalla de PC, a lo que a eso se han reducido últimamente las reuniones, se encuentra Nicolás Duarte. Su mirada profunda y amable perfila al músico que alguna vez quiso estudiar filosofía, pero prefirió seguir el camino de la música convirtiéndose en uno de los artistas más importantes actualmente en el panorama nacional.
Nicolás, ¿Cómo te encuentras? ¿Cómo ha resultado para ti estar en medio de esta pandemia tanto en lo personal como artísticamente?
¿Qué es estar bien? Una de las cosas que ha pasado en pandemia es que hemos reconceptualizado ese término. Porque ahora nos basta con estar bien de salud y que toda nuestra familia esté bien. Estoy empezando a tocar en vivo otra vez porque no he parado de hacer música; mi familia se encuentra bien, así que yo creo que lo más justo y menos mezquino es decir que estoy bien. Que estoy vivo.
Fue muy duro al principio. Creo que ni siquiera lo pude analizar artísticamente ya que todos reaccionamos como humanos consumidos por el miedo y la incertidumbre al no saber realmente la dimensión de lo que venía. Luego poco a poco nos fuimos acostumbrando.
La libertad que me dio la pandemia me permitió crear más. Durante el 2020 logré publicar dos discos “Las fiestas del olvido” que fue lanzada en agosto y “Relatos del aislamiento social obligatorio” en noviembre. La pandemia me mantuvo pensando en música.
Cuéntame un poco de ti para que podamos conocerte un poco más. Sé que vienes de una familia muy aficionada a la música. ¿Cómo influyó eso en ti más adelante en tu carrera musical?
Retrocedo a mi infancia… y no te podría decir cuándo fue la primera vez que vi una guitarra porque yo la veía constantemente en casa. Era tan normal como ver una silla o una mesa. Los recuerdos musicales que tengo son de mi papá Cesar, él era un músico criollo y gracias a él los fines de semana en mi casa abundaba la música y la jarana. Había cajón, guitarra, cuchara, quijada, castañuelas. La música estuvo presente siempre.
Mi mamá por otro lado es muy fanática de los Beatles y cantaba su música desde que yo tengo uso de razón. Cantaba por todas partes. Mi papá Nicolás era un melómano. En ese entonces escuchaba a Chico Buarque, Caetano Veloso, escuchaba jazz, a Silvio Rodríguez, Frank Sinatra. Él escuchaba música un poco más culta, más universal. Recuerdo que también escuchaba rock; él me hizo escuchar a Charly García y a Chico Buarque fue algo que marcó mucho mi vida.
En mi colegio Constantino Carvallo de los Reyes Rojos, el director era un melómano. Fanático de Led Zeppelin, nos hacía escuchar mucho a esta banda y a Eric Bardón. Al mismo tiempo era muy fanático de la salsa; escuchábamos salsa dura con él, sobre todo a Héctor Lavoe y Rubén Blades. Yo crecí con toda esa música alrededor; mis amistades siempre se han basado en la música. He tenido una infancia con suerte, con mucha música y eso me sirvió para que fácilmente encontrara el camino de lo que quería ser en la vida.
¿Qué es la música para ti?
Es mi vida en varios aspectos. No puedo estar sin pensar en música. No hay un día en mi vida en el que no escuche algo de música, que no descubra música, que no esté pensando en música, investigando sobre música. Siempre estoy componiendo en mi cabeza o tocando música. No hay manera de ver mi vida de otra forma. Es el elemento más presente en todos mis días.
La música, luego de la perdida de mi papá Cesar, se convirtió en un medio de sanación. El poder de la música no solamente me ha aterrizado, sino que me ha soltado varios salvavidas. Fue muy penosa esta pérdida para todos nosotros, y la música me ha ayudado a sobrellevarlo.
El año pasado hacer música significó un escape. Compuse música desde mi casa. Mi novia y mi hijo estaban hartos. Oían las mismas canciones una y otra vez, tanto que se las sabían de memoria. Fue muy bonito para mí porque lo hice con ellos al costado: comiendo, jugando. Trabajar en casa fue muy importante para mí. Esos discos que grabé me abrieron otras ventanas que me permitieron observar otras cosas de forma distinta. La música es mi vida, pero según el momento en el que estoy es también una herramienta de poder y posibilidad.
¿Qué es ser músico en el Perú?
Ser músico en el Perú es un acto de heroísmo que a veces tiene recompensas maravillosas y a veces es muy ingrato. Los aparatos de difusión no existen, el Estado nos tiene en la última fila, olvidados. Los Olaya, por ejemplo, tienen años trabajando en el medio y recién han despegado. Es una banda excelente pero, por lo menos diez años de su carrera, la vieron realmente dura. Tenían que tocar en sitios por una cantidad de dinero que no correspondía, en horarios extenuantes. Ahora están cosechando éxitos y los felicito, pero no me parece justo que haya tenido que costar tanto tiempo. Existen otros artistas que no han hecho lo suficiente, pero porque tienen dinero y poder pueden llegar alto. ¡No lo digo con resentimiento! Yo he tenido mucha suerte con mis bandas. He visto carreras que explotan inmediatamente y que a la vez es engañoso porque todo eso que sube rapidísimo cae con la misma velocidad. Ser músico en el Perú definitivamente es un acto heroico, solo de personas que están dispuestas a dar su pellejo por la música.
Siempre me hacen esta pregunta.
¿Qué le dirías a la juventud para que no se desaliente si está buscando hacer música?
Primero si tienes esa posibilidad de desanimarte no estas hecho para esto. ¿Quieres ser músico en el Perú? Esa posibilidad de desgano no debe de existir. Nosotros hacíamos música cuando no había absolutamente nada, no existían ni siquiera las redes sociales. No habían carreras de música en las universidades, no habían medios independientes, plataformas como la tuya. No había posibilidad de conectarse con él público a menos que no sea tocando en vivo.
Tú pegabas tus afiches en la calle con el engrudo que hacías en tu casa: perseguido por el Serenazgo. Cargabas tus instrumentos, armabas las tocadas. Si entonces, en esa época nosotros no nos rendimos, ahora no tienen ningún derecho a plantearse la opción de renunciar a la música. ¡No me parece! Lo que sí pienso es que no tienen la madera para ser músico. En esta comunidad musical yo no conozco a ningún artista peruano que no sea sacrificado. Al músico peruano le cuesta más que a cualquier otro músico en Latinoamérica.
Háblanos un poco de tus inicios en el rock. ¿Cómo iniciaste? ¿Cómo fue tu experiencia con Camarón Jackson? ¿Cómo empezó todo con Cuchillazo? ¿Qué significó para ti formar parte de La Mente?
Yo comencé en el mundo del rock con Camarón Jackson. Quien mezcla nuestro primer demo es Pelo Madueño. Por una casualidad del destino fuimos a la casa de un amigo en Punta Hermosa. Decidimos hacer nuestras mezclas allí porque buscábamos espacios silenciosos. Pelo se había quedado ese fin de semana en esa casa cuando nos escuchó: decidió producirnos un disco. Nos logró un contrato con la Sony. Tuvimos dos sencillos en la radio durante seis meses. No sonábamos en los horarios de los domingos a las tres de la mañana que es el espacio que se le da a la música peruana, sino que estábamos a la par con Britney Spears y Christina Aguilera en horarios de considerable audiencia. Sonamos un par de meses más pero el proyecto se desinfló y llego a su fin.
Cuchillazo es una banda a la que tengo mucho cariño. Al principio fue muy íntimo porque había canciones solo mías. Los primeros discos fueron casi de cantautor. Las tocadas que se hacían eran muy accidentadas porque lo que existía en ese tiempo era otro tipo de circuito. Había mucho punk de estilo californiano; era eso o metal y nosotros no éramos ni lo uno ni lo otro. ¡No encajábamos! De pronto nos llama Carmona y me dice “estoy buscando música para una serie”. Le pasamos un par de discos y elige una cantidad de temas para Misterio. Elige como canción principal Máquina y eso nos catapulta. Cuchillazo se vuelve una banda sumamente conocida. Dejamos de tocar un par de años y cuando regresamos la gente nos adoraba. Regresamos con las redes sociales lo que permitió acercarnos un poco más a nuestros seguidores.
Con La Mente tuvimos mucha suerte desde que empezamos desde el primer concierto. Cautivamos a todo el mundo y no paramos. Somos una banda crossover que mezcla dos cosas muy importantes. Era una banda de rock a nivel de actitud, pero a la vez que sonaba a fiesta porque tenía toques electrónicos. Los productores estaban fascinados porque era una banda que hacía que la gente baile, se vacile y que chupe chela, que eso es lo que más le interesa al productor y al mismo tiempo que sea un concierto para tener una experiencia distinta al escucharnos. Siento que he tenido mucha suerte con eso, pero al mismo tiempo llega un momento en el que llegas a un límite que impide tu crecimiento. Sucedía que las radios no extendían nuestra música y todos sabemos que para mantenerse constantes se necesita ser escuchados.
Sabemos algo del motivo del porqué se separó cuchillazo, pero nos gustaría que nos lo puedas contar tú.
Me di cuenta personalmente que yo estaba en otro canal. No extrañaba tocar en estos shows gigantes, no extrañaba el circuito ese en el que nos movíamos, no extrañaba las tres o cuatro tocadas a la semana, los cinco ensayos a la semana. Salir de mi casa a las dos de la mañana para ir al aeropuerto a las 3 a. m. era demasiado. Hablamos con la banda y coincidimos todos en que habíamos llegado a un tope, que habíamos hecho mucho. Hemos tocado en todos los conciertos que puedes haber imaginado. De todos los tamaños. En el Perú hemos tocado en prácticamente todas las ciudades. También visitamos otros países como Argentina, Colombia, etc.
Hemos vivido una vida musical muy bonita, pero como patas ya no nos soportábamos. Extrañaba a mis amigos, pero no extrañaba los shows. Nos dio mucha pena. Nos dimos cuenta que era lo más sano. Lo decidimos el año pasado, pero salimos con la noticia el 2021.
Justo en febrero cuando comentamos que la banda se disolvía, fue muy curioso porque nosotros nos separamos el mismo día que se separó Daft Punk. Los medios masivos tradicionales captaron esta noticia: la separación de cuchillazo fue tendencia. Muchos de nuestros seguidores comentaban que no disolviéramos la banda. Nos dio mucha pena. Pero por otro lado nosotros como empresa no veíamos esa retribución, no por el cariño, sino representado en la compra de discos, de merch. Yo sentí una liberación. Eso me permitió seguir componiendo como solista.
¿Hubo algún detonante o que fue lo que te hizo tomar la decisión de emprender un camino en solitario?
Las fórmulas, los formatos y las zonas de confort son peligrosas para la creación. En un momento me encontraba repitiendo el mismo formato. No me gustó y quise buscar cosas nuevas. Sentía que me había separado muchísimo de un lado mío que es muy romántico y que lo tenía guardado en un closet.
Empecé a sentir esa falta de posibilidades de expresión de ese tipo y mi primer disco salió con todas estas historias que había pensado sobre los distintos tipos de amor. Después, fue un tema de ego; ya no me provocaba seguir trabajando en equipo. Quería trabajar mis cosas, correr mis riesgos y asumir mis responsabilidades. Quise hacer música con base en mis decisiones.
Hay mucha lírica en las letras que acompañan tu música. ¿Qué es lo que te inspira? ¿Cuál es tu proceso creativo?
Es un ejercicio que todavía no descubro cómo dominar. Lo que termino haciendo son intentos de coger algo que apareció por mi mente y darle forma. Casi nunca logro repetir la misma fórmula. Siempre son razones y momentos distintos. A veces se me ocurre una frase poderosa, entonces pienso que puede ser una canción. Luego busco una melodía que la acompañe. Siempre son cosas muy inconscientes.
Si tuviera que definir de alguna manera cuál es mi proceso creativo diría que es el juego lo que a mí me mantiene en creación constante. Recuerdo mucho una frase que decía Charly García, que “había que ser antena porque lo que tú cantas, escribes o compones no es tuyo, sino está en el aire; pero si tú eres una buena antena la captas y la bajas”. Eso siento que me pasa a mí.
Visualmente los videoclips tienen un mensaje impactante, lleno de arte, color y magia ¿Cómo obtienen esas ideas tan creativas?
Hasta el disco pasado yo me involucraba mucho en la realización audiovisual, pero en esta ocasión en este disco en especial dejé a los directores audiovisuales inspirarse y crear.
Cada director ha tenido su locura, su idea. Yo he aportado en algunas cosas y he permitido que sean. Yo en ese momento no podía. Estaba en una depresión creativa. No había manera de que yo me conectara como ellos se conectaron. Agradezco mucho eso porque se ha hecho un proyecto muy bonito. He logrado generar un disco digamos especial, distinto a lo que normalmente escuchas. Ha sido un trabajo arduo pero que ha valido la pena.
Películas infames de directores famosos se estrena hoy oficialmente. Cuéntame, ¿cómo fue crear este álbum con seis directores distintos? Personalmente me encanta la mezcla musical que encierra el álbum.
La idea que tuve con este álbum es que sea como un soundtrack porque las canciones son distintas. La frase “Películas infames de directores famosos” me gustó. Me hacía pensar en estos fracasos de gente exitosa.
Hubo un tiempo en el cual quedé emocional y musicalmente desconectado. En ese proceso contacté a personas talentosas para ayudarme en darle potencial a estas canciones. Tenía en mente trabajar el proyecto con ocho productores pero me di cuenta de que eran muchos y me quedé en seis. Esos seis productores tienen una manera distinta de trabajar. El único trato transversal era dar un demo a cada productor y que este haga lo que quisiese con ella y luego aceptar la canción producida tal cual. Al final se cambiaron muchísimas cosas, se combinaron sonidos, se transformó al gusto de cada productor.
Cada productor es distinto, y cada uno tenía una forma de hacerme cantar. Alejandro y María Laura me hicieron cantar de una forma distinta a la que yo estoy acostumbrado: intima, suave. La Negra Valencia al contrario me hizo cantar fuerte, más roquero, otros no se preocuparon por como cantaba…
Lo que rescato de este trabajo es la efectividad artística. Todos estos productores y productoras tenían que hacer algo en un tiempo concreto. Deseaban hacerlo bien pero además querían que fuese hermoso porque saben que lo que van a dejar es arte. Todos tienen formas distintas de trabajar y en algunos casos contradictorias.
La portada del disco artísticamente me parece excelente. Cuéntanos un poco el significado de los colores que forman parte de ella.
La hizo Roció “Jugo gástrico”, como se hace llamar en las redes sociales. Me la recomendó la Negra Valencia. Comencé a investigar un poco de su arte y me di cuenta que era fanática del cine de clase B.
Tenía una primera idea de hacer unas fotos, algo en el cine, pero después me di cuenta que no, que lo mejor era hacer un afiche. Comencé a investigar sobre afiches de tipo B y recordé el formato que tenían los afiches de cine antiguos, esos afiches que son dibujados. Llamé a la artista y le comenté sobre mi idea de afiche tipo cine clase B. Me pasó el boceto y me pareció increíble.
Este personaje combatiendo a los gallinazos me encantó. Definitivamente dio en el clavo.
¿Vienen próximos proyectos? ¿Qué tienes en mente para tus próximas colaboraciones musicales?
Ahora estoy en una etapa de reconexión de ideas. Eso es un tema de producción: definir bien cómo vas a trabajar esas canciones. Estoy pensando en la banda The Pets que la extraño mucho. Son músicos que me acompañan, con los que grabé el primer y segundo disco. No pude grabar el tercero ni este cuarto. Quiero reencontrarme con ellos y empezar a tocar.
Tengo a algunas personas en mente con quienes me gustaría trabajar. Esas cosas son naturales y que nazcan porque te provoca, pero no es algo que tome como eje principal de la creación.